Millones y millones. En todas las monedas. Eso es lo que nos cuesta averiguar si hay seres vivientes (Adanes y Evas, serpientes o gorilas, árboles o praderas) en planetas de roca o quién sabe de qué, en tanto que en este planetito con vida miles de niños mueren de hambre civilizada.
Los sentimientos se deslizan, a veces se refugian en guaridas de amor, pero cuando emergen al aire preso o libre, dan el color del mundo, no del universo inalcanzable sino del mundo chico, el contorno privado en que nos revolvemos. Gracias a ellos, a los sentimientos, tomamos conciencia de que no somos otros, sino nosotros mismos. Los sentimientos nos otorgan nombre, y con ese nombre somos lo que somos.
Mario Benedetti - Vivir adrede
3 comentarios:
Hermosas palabras; siempre he tenido cierta distancia con la obra de Mario Benedetti, una distancia que al día de hoy comprendo cada vez menos. Porque realmente es hermosa su obra.
Pero calculo que habrá momentos y momentos... cuando logre zambullirme en pleno en alguno de sus libros significará que algo en mí ha cambiado.
Me encantó la historieta; brindo por los encuentros (con uno mismo y con los demás).
Un abrazo.
Los encuentros le ponen color a la vida, tal cual como en la historieta.
Genial texto, y más genial si está acompañado por Liniers!
Saludos!
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