Apagás todas las luces -aprovechando que por el ventanal entra ese resto de luz tan lindo del anochecer-.
Prendés un sahumerio de lima y flores.
Te descalzás. Te sacás todo lo que te incomode.
Ponés esto.
Te acostás en el piso -preferentemente quedando en el medio de los dos parlantes-.
Cerrás los ojos.
Despegás.
4 comentarios:
Sí, por favor, qué genial. Y cuando tenés más tiempo es mejor hacer una lista y quedarte así mucho tiempo vibrando con los parlantes.
la gloria.
RADIOHEAD! Especial para esos momentos excelentes para uno mismo.
Yo le agregaría también, a esa mezcla, un buen té.
Qué lindo tu blog... Es como entrar en un bosquecito, fresco! del sur! Mmmmh!
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