¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos?
E. Galeano

miércoles, junio 26, 2013

Deshice. Mastiqué. Escupí. Deglutí. Vomité. Desgarré. Digerí.

Es decir, entendí.

(Como ahora, que veo el mar de palabras que se me esconde entre los dedos. Que asoma sin anunciarse. QueinundaQuecantaQuesuenaQuesueñaQuevieneQuecrece.)

¿Te das cuenta?

No se pueden guardar. Las palabras no se pueden guardar porque se escapan. Se filtran, gotean desde la boca, desde la nariz, los dedos, el estómago, los pies. Empujan y brillan y tejen puentes, que a veces se construyen para ser quemados.

2 comentarios:

Hugo dijo...

Ni hablar de esas que si las guardás te terminan jodiendo por completo.

ALA_STRANGE dijo...

las palabras se van rapidamente. Tienen la velocidad del sonido