Desde el Miércoles hasta hoy acumulé sólo seis escasas horas de sueño. Pero un 10 en mi primer final -sí, me hago cargo, soy una ñoñaza, pero ñoñaza felíz al fin- y una noche con amigas hicieron que valiera totalmente la pena.
Sin embargo, la felicidad, como siempre sostengo está conformada por momentos, a veces fugaces, a veces no tanto y a mí me cortaron el chorro hace cosa de una horita. Motivo: acaba de llegar el plomero, que después de explicarme cómo va a proceder a desmontar la mesada entera de la cocina para buscar la pérdida de un caño roto, se puso inmediatamente a romper a martillazos las baldosas. Resumiendo, hasta por lo menos el Lunes conviviré con el dulce sonido de la destrucción, una cocina post-nuclear y la falta momentánea -y quizá no tanto- de agua. Es decir, me rompen la cocina. Me rompen los ovarios. Me rompen la cabeza -mientras mi vieja y mi hermana reposan cual lagartitos panza arriba en las playas caribeñas, dicho sea de paso-... ¿El botón de pánico (o un blister de valium en su defecto)?
5 comentarios:
Sos un ser de luz, Ommm....
Voy a evitar el chiste fácil con respecto a que tenés todo roto..
Y bueno, es así, el plomero tiene que comer (?), tiene que bancarle la facultad a sus hijos....
Abrazo gigante.
Yo opto por el blister de Valium; quién te dice... te pegás un viaje de ida, vuelta y revuelta por el caribe, jajaja.
ya tenes la experiencia de dormir en carpa, andate al camping más cercano por todo el finde
Sam: Nada me toca soyunaconeluniverso Ommmmmmmmmmmmmmmm...
Nico: Exacto, tengo todo roto. No te culpo, cuando una está para el chiste fácil tiene que afrontarlo (¿).
Vic: ¡Y lo tomo con Coca para que pegue más!
Fepi: Podría recurrir a la plaza. Dicen que "cuando hay hambre..." jaja
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