¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos?
E. Galeano

lunes, septiembre 07, 2009

Sueño de una noche de invierno

Estaba bajo un árbol enorme. El tronco nudoso, maciso y bajo; la copa un techo amplio y transparente, que desbordaba una furia verde de hojas, pero que dejaba pasar tibios y limpios los rayos del sol.
Y en cada una de las ramas como brazos abundaban las mariposas, también verdes, etéreas, que revoloteaban por todas partes cortando el aire, presumiendo sus alas y su suerte de volar. Tenían todavía encima rastros del capullo que las había refugiado durante su metamorfosis.
Y desde el tronco me miraban tímidas las orugas que esperaban su momento de suerte, y me recordaban que así, sin elegancia y atadas a su suelo, eran necesarias y anteriores.

1 comentario:

Lucía dijo...

No pude evitar quedarme con
''necesarias y anteriores'' aunque solo ''eran''.

Me gusta como escribis.
:)